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Tania Fuenzalida artista pintor en su estudio

La pintura entra en resonancia con mis sentidos. Es el soporte por
el cual hago vibrar mis cuerdas creativas. Atenta, sondeo este universo desbordante de posibles: evocaciones, harmonías, disonancias que mezclo según mi sensibilidad.
El color, como un flujo orgásmico viene a llenar y envolver espacios y rayas. Simiente que emerge sobre zonas, creando lazos entre líneas y curvas, modelando cuerpos y rostros.
Células en viaje, partículas luminosas, semillas en evolución.
Lazos a veces sorprendentes, que van tomando forma e indicando
caminos posibles.
Tal un amplio bordado, se extienden delante mío como campos en
germinación, jardines donde se despliega el ser, el mundo físico e
invisible. Como un torrente fogoso, surge, nace y avanza entre esas
diferentes formas, creando un camino hacia la forma visible.


Crear, se vuelve un espacio vasto y abierto, donde dejo
desplegarse un movimiento. En el cual, el propósito es de descubrir
nuevas imágenes y universos. El de ser sorprendida por una
combinación de grafismos y motivos y que vengan a nutrir otras
tierras y ser fuente de nuevas inspiraciones.
Mi impulso: ampliar los posibles y tal el pájaro, tótem de mi firma,
permitirme emprender el vuelo.

Semilla creativa

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